La forma de comercio alternativa ¿es social o no lo es tanto?
Según numerosas definiciones, el comercio justo es una nueva forma de comercio alternativa que pretende equilibrar las oportunidades de los pequeños productores frente a las de los extraordinarios gigantes del mercado. En apariencia eso puede parecer muy difícil o como poco apenas imposible, el clásico David contra Goliath.
Durante años se han buscado numerosas fórmulas con el objetivo de facilitar a los millones de productores de todo el mundo el acceso a los grandes mercados. Aunque será mejor que comencemos por el principio. Imagínate a muchos, muchísimos pequeños agricultores de todo el mundo, en cientos de miles de pequeñas parcelas de tierra, trabajando de sol a sol, a diario, desde que se levantan hasta que se acuestan. Tras extenuantes jornadas de trabajo su principal incentivo es extraer de la tierra el fruto de su durísimo trabajo, sin pensar en el lucro económico ni en si sus ingresos van a ser mayores que los del vecino, sin más, trabajo por el puro hecho de sentirse unidos a la tierra.
De repente, de un momento a otro, los mercados de materias primas pasan de ser descentralizados a centralizarse, o lo que es lo mismo, pasamos de que las personas compren poquito a poquito a los agricultores a ir todas juntas a los enormes hipermercados, donde se normalizan los precios y la demanda de alimentos no deja de crecer ante lo que se imponen las economías de escala. Producir mucho más cada vez a un precio más bajo. ¿Y qué significa esto para los millones de pequeños productores? Que ahora van a necesitar ser competitivos porque el grande se los va a comer y tienen muy pocas alternativas. Entre ellas se encuentra una fundamental, producir para los grandes, pero eso será difícil porque no pueden hacerlo a cualquier precio, siempre deberán hacerlo al precio más bajo. Impresionante.
Pasamos de un sistema en el que podían vivir de su trabajo y alimentar a toda una familia, a verse empujados a tener que vender toda su producción a un precio irrisorio, excesivamente bajo y a trabajar más y más para poder mantener ese pequeño ingreso que pueden obtener para vivir.
Puede parecer irreal pero ha sido así durante mucho tiempo. Entonces desde la Organización de las Naciones Unidas y otras organizaciones se replantearon el modo en el que estaba ocurriendo este proceso. Varias de estas organizaciones se unieron y otras nacieron para impulsar un nuevo concepto, el comercio justo.
Laura Perona, compañera de Fairtrade Ibérica nos explica un poco mejor cómo funciona esta nueva forma de comerciar y además nos habla sobre diferentes propuestas de Fairtrade para impulsar el comercio justo en todos los sectores:
Como puedes comprobar detrás de las palabras «comercio» y «justo» existe un gran movimiento real en todo el mundo.
¿Qué puedo hacer yo por el comercio justo?
Encontrarte en este momento leyendo este post es ya una acción de partida. Estar informado es una de las bases del crecimiento de una sociedad en constante evolución pero no lo es todo. El siguiente paso será poner en práctica nuevos hábitos que ayuden a que todo el esfuerzo realizado para poner a tu disposición estos productos tenga sus frutos y podamos seguir alimentando la cadena.
Si habitualmente consumes 4 paquetes de café o cacao al mes, una buena opción es adquirir uno de esos paquetes de comercio justo, además notarás la diferencia. Piensa que de esta forma a lo largo del año habrás adquirido al menos 12 paquetes de cacao o café en comercio justo. Con esta acción habrás ayudado a cientos de pequeños agricultores en África o Latinoamérica. En el caso de alimentos frescos, ciertas frutas o verduras también son de comercio justo y si eres consumidor habitual (que probablemente lo seas) dedica una semana al mes a cambiar las verduras congeladas o de bote por verduras frescas de comercio justo, tu salud también lo agradecerá.
Para mantenerte al día sobre nuestra forma de entender las ciudades de un modo más justo y equitativo no te pierdas ninguno de los contenidos que actualizamos en nuestro blog.